El desafío del escritor Stephen Davis no  fue tanto sobrevivir a los embates de “Bonzo” Bonham durante toda una gira en 1975, sino hacer que la leyenda mas jugosa y maldita del rock entrara en un solo libro. Demasiados vicios, demasiado sexo y demasiado rock. En medio de esa nebulosa, esta biografía nos muestra como se veía el fabulantastico mundo del rock  desde la cima misma de la montaña dorada del éxito, y también nos muestra toda la arrogancia desaforada, las luces y las sombras  de cuatro inglesitos determinados a comerse el mundo. Led Zeppelín cambió las reglas del juego en muchísimos aspectos de la industria del espectáculo y lo hizo gracias a su talento, perseverancia y al cuasi mafioso de su manager; el mítico Peter Grant, señalado por la historia como el responsable de introducir definitivamente la violencia en la burbuja hippie del rock de los sesenta.

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Led Zeppelin-Rock and Roll (live ’73)

Desde las primeras giras en camioneta , hasta sobrevolar el mundo en el “Starship” y batir todos los records de ventas de discos y entradas a pesar de los despiadados ataques de la prensa que catalogaba a su público de gamberros drogadictos y a ellos mismos de bluseros  megalómanos sin mas merito que ser una bola de decibeles. Cuan equivocados estaban. No por lo de gamberros drogadictos, sino por no saber interpretar contemporáneamente a una banda que no negociaba ni un ápice de sus principios estéticos y que captó la atención de  un nuevo público “masculino, de entre quince y veinticinco años, al que le gustaba el rock fuerte, anglosajón, violento, cuatro por cuatro y marcial. Las chicas no entraban en esa fiesta. No era un baile”. Así lo describe el propio Davis que a través de las trescientas páginas de su libro hecha luz sobre el aspecto mas oculto en las personalidades de los músicos y así conoceremos a un Jimmy Page que además de su aura mística  de brujo ermitaño resulta ser también bastante vanidoso y tacaño. Sabremos como Robert Plant, el dios dorado del rock,  estuvo en duda toda la primer gira debido a su excesivo  histrionismo y su desenfreno sexual.  No nos sorprende que  John Bonham sea pintado como un patán borrachín y pendenciero ya que lo era, pero tal vez te sorprenda saber que fue el único que jamás llego tarde a un ensayo y que siempre estuvo ahí cuando había que estar. Hasta que ya no estuvo.
Lo mas jugoso está en las giras, verdadera adicción de la banda, al punto que el siempre elegante  John Paul Jones diría: “Tardaba semanas en recuperarme y actuar como alguien normal después  de vivir meses como un animal”.

Tal vez la magnitud del exceso se refleje en la voz de Richard Cole, un viejo bucanero veterano de mil viajes de rock y un personaje central en esta historia como tour manager de la banda: ”Te voy a contar cuanto solíamos beber, arruinamos varios clubs de Nueva York  por no pagar nuestras cuentas de bebida. Toda la famosa depravación de Led Zeppelín ocurrió durante los dos primeros años en una bruma etílica. Después maduramos y nos apartamos de ello. Se convirtió en un asunto de negocios”.
Esto es solo el principio. (Mateo Crespo)