Sam Dunn es un metalero y antropólogo canadiense que adquirió fama internacional con su película Flight 666 que documenta como Iron Maiden bate records de todo tipo en su última gira mundial, a bordo de un avión propio piloteado por el mismísimo Bruce Dickinson. Mas recientemente acaba de lanzar al mercado el documental Beyond The Lighted Stage que registra la longeva carrera del trío de rock progresivo por excelencia, sus compatriotas de Rush. Aunque recién ahora se lo señale como el documentalista preferido del género, este “metalhead” empedernido cuenta en su haber con dos trabajos anteriores donde su fanatismo por la música extrema se equilibra y complementa con su profesión de antropólogo.
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Black Sabbath-Killing Yourself to Live (en vivo)
De esos dos trabajos, uno es Global Metal, donde recorre medio mundo en pos de verificar in situ la influencia del heavy metal en culturas y latitudes tan distintas como Irán o Brasil; y el que hoy nos convoca es Headbanger´s Journey de 2005. En el, Sam se propone dilucidar un par de cuestiones fundamentales a saber:
¿Cuál es la primera banda que podría considerarse heavy metal?
¿Por qué tantos jóvenes alrededor del mundo se fanatizan con él y por que genera reacciones tan adversas? etc, etc.
Para ello se vale un árbol genealógico impecable y de la opinión de verdaderos pesos pesados del metal, complementadas con testimonios de periodistas, productores, sociólogos y fanáticos un tanto preocupantes. Desde la lúgubre Birmingham, cuna de los malévolos Black Sabbath, a la soleada California y su glam metal ochetonso y travestido. Desde los comienzos brumosos a finales de los 60’s pasando por Wagner y la gloriosa New Wave of British Heavy Metal, hasta los extremos nórdicos del death y black metal con sus oscuros muchachos quemadores de iglesias. Todo entra en este viaje a los confines de la distorsión, el sexo, las drogas, la magia y el satanismo que en algún momento no tan lejano se convirtió en la música mas popular del mundo y que hoy resiste entre la vieja guardia en plena actividad y una nueva generación de público y bandas que siguen asustando a padres tiernos y desprevenidos. (Mateo Crespo)
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