A la edad de cincuenta años, cuando Gordon Sumner decidió escribir su autobiografía, seguramente debía contar en su haber con una infinidad de grandes momentos por donde empezar a contar su historia. Podría haber sido simplemente el principio y su infancia en la ruda ciudad de Wallsend, a la sombra omnipresente de un lúgubre astillero, el día en que se compro su primer bajo, o la noche en que la musa se convirtió en Roxane. No tan casualmente, Sting eligió comenzar el recorrido por una experiencia que le cambiaria la vida a mediados de 1987 en un selvático morro de Rio de Janeiro. Algunas horas antes de realizar los conciertos mas multitudinarios de su carrera solista, Sting y su esposa se internaron en lo profundo de la noche carioca para participar de una ceremonia ritual de toma de Ayahuasca. Tal vez recuerden a esta raíz mágica como la droga que dejó dado vuelta como una media y con todo el flequillo vomitado al periodista Rolando Graña, pero que no debe ser considerada una droga, ni mucho menos recreativa. Aquellos que atravesaron la experiencia la describen como morirse y volver a nacer y para nuestro protagonista significó un cambio en su forma de ver el mundo y la vida y una intensa conexión con sus antepasados que plantó la semilla de esta misma autobiografía. Intima, honesta, reflexiva y con la gracia de expresar claramente sentimientos y sensaciones, Sting recorre su propia historia con lujo de detalles desde su infancia, la difícil relación con sus padres durante la adolescencia, sus comienzos como maestro de música para niños o como interprete en bandas de jazz antiguo junto a carcamanes pueblerinos.

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The Police-It’s Alright for You

Curiosamente le dedica mas páginas a Last Exit, su primer banda con aspiraciones serias, que a The Police o a su carrera solista a la que prácticamente no hace referencia. Los miedos, las dudas y las contradicciones de un tipo al que uno se imagina invulnerable, se desnudan sin complejos y tienen su nudo a modo de novela en el momento en que decide lanzarse a una incierta aventura londinense con su flamante esposa y un hijo de dos meses, provisto solamente de un auto viejo, un bajo, un puñado de libras y una obstinada pulsión en busca de algo tan incierto llamado destino.
“En mi vida, he tenido la posibilidad de aprender mas de mis errores que de el éxito material desproporcionado que he conseguido, y eso merece mi eterna gratitud”. Sting dixit. (Mateo Crespo)